sábado, 17 de agosto de 2013

RMCF - FCB (1er partido Final Play Off)

Llevas toda una temporada viajando, despertándote pronto, animando, quedando para tifar, sacrificando muchos aspectos de tu vida – la otra, esa en la que nadie te llama loco – en definitiva, luchando por ayudar al equipo a conseguir el objetivo final por el cual pocos afortunados peleamos, levantar un trofeo. Y en un abrir y cerrar de ojos nos plantamos en una final de la ACB y contra un equipo muy apetecible. Podríamos llenar estas líneas hablando del partido o de la animación pero este post tenía que estar dedicado a una gente muy especial del grupo que tuvieron que pelear contra viento y marea para poder dar el colorido al que nos están acostumbrando esta temporada: los hombres tifo.

Como ya sabréis los que os gusta el mundo del tifo, semanas antes de los Play Off se envió un mail a los coordinadores de seguridad de todos los estadios y pabellones de España en el que especificaban la obligación de utilizar materiales ignífugos en la realización de cubregradas o, en su defecto, rociarlos de un líquido ignífugo. Hasta ahí todo bastante respetable, aunque no todo el mundo lo comparta, más que nada porque NUNCA ha sucedido ningún problema al desplegar un tifo y menos en un pabellón cerrado donde no se puede fumar. Sin mencionar que sacan una norma casi finalizando la temporada y sin tener en cuenta que muchos grupos podían haber empezado a realizar ya algún tifo con material que no cumpliera dichas características. Ahí es donde dan comienzo nuestros problemas.

Habiendo empezado a preparar el cubregradas pensado para la final con tiempo para que no nos pillara el toro y habiendo realizado ya más de la mitad del mismo, nos encontramos con la negativa del Club a poder sacarlo ya que nuestro plástico no cumplía las características establecidas y después de luchar varios días con el Club como intermediario nos dan la única solución posible: rociar el cubregradas. Ante esta única posibilidad, nos lanzamos a la aventura sin saber cómo iba a reaccionar el plástico, pintura y precinto ante dicha solución con lo que nos plantamos en el lugar habitual de realización de los tifos con los pintores y encargados de Seguridad como testigo. Nuestra primera sorpresa llega cuando la expresión ‘rociar’ era literal, dos garrafas de unos 10 litros para un tifo de unos 15x24 metros que dejaron el cubregradas totalmente empapado y sin opción ninguna a dejarlo secar por el espacio reducido y por supuesto por la impermeabilidad que caracteriza al plástico. Una vez terminan, nos dan las gracias y adiós muy buenas, nos quedamos 4 valientes atónitos ante la chapuza a la que habíamos asistido – para que os hagáis una idea, podría compararse a vaciar una botella de agua sobre una bolsa de plástico, por los dos lados, a escala x50 – vestidos de calle al ser horario laboral. Al final, lo conseguimos doblar como pudimos ya que duplicó su peso por la gracia y tras mojarnos, pringarnos y mancharnos lo dejamos ahí intentando que se secara. Esa misma tarde, otras 4 personas fueron a meter el cubregradas, con la esperanza de que se hubiera secado algo, en el pequeño cuarto que tenemos habilitado.

Llegado el día del partido conseguimos meterlo en el coche no sin esfuerzo, esta vez con chándals y ropa de pordioseros y tiramos hacia el palacio. Al intentar desplegarlo nos encontramos con otra sorpresa, el precinto se despegaba con mirarlo... ¿Cómo cojones íbamos a sacarlo y someterlo a la tensión que supone desplegar un tifo si en el momento de la colocación ya nos daba problemas? Pues a día de hoy todavía no lo sabemos pero la última opción era tirar a la basura horas, días y semanas invertidas por el grupo y el equipo, ¡ESE TIFO HABÍA QUE SACARLO!

Llegada la hora y con los nervios a flor de piel, comenzamos a dar instrucciones al resto de integrantes que nos ayudaron a desplegarlo – agradecimiento eterno – con una clara consigna: prohibido estirar para no provocar tensiones que pudieran rajar el plástico y con ello, el alma de los que lo hicieron. Esa infinitésima parte de tiempo que luce comparado con las horas empleadas en su realización es una satisfacción inmensa que sólo los que forman o han formado parte alguna vez de una tarde de risas y brochas lo conocen.
El resultado final, exceptuando algunos detalles que nos hubieran gustado haber podido mejorar, fue prácticamente inmejorable teniendo en cuenta las sensaciones previas. Todas estas trabas que nos encontramos en el camino no son más que obstáculos superados y motivos de orgullo por el trabajo realizado y por el grupo al que pertenecemos.

La Diosa Cibeles lució orgullosa en el fondo del Palacio de los Deportes con el mensaje que le dedicamos, "Rendiremos pleitesía".

Como concluyó un miembro activo del grupo, TIFOS BSK es el resultado de la suma del tesón, la fuerza, el orgullo, la constancia, el compromiso, la amistad, el coraje, la inventiva, el sacrificio, la ilusión, el liderazgo, la capacidad, la humildad, la innovación, el honor, el afán de superación y sobre todo el MADRIDISMO.

Y tras el tifo no nos quedaba otra que animar a muerte a nuestro equipo. La grada estaba llena como no podía ser de otra manera y desde ella empujábamos con todas nuestras fuerzas al equipo. Los nuestros empezaron como un tiro siendo muy superiores al FCB durante todo el primer cuarto y nosotros lo disfrutábamos a tope desde la grada. Nuestro sector era una fiesta pero en el segundo cuarto al Barcelona le empezó a entrar todo mientas que a nosotros no nos entraba nada. El resultado era que nos íbamos 10 puntos por detrás al descanso. Pero eso no iba a acabar con nuestras ilusiones, esa Liga tenía que ser nuestra, se lo merecía el equipo, nos lo merecíamos nosotros y por eso animamos si cabe con más fuerza en los peores momentos. Entrábamos con 8 puntos de desventaja al último cuarto pero el Palacio guiado por Berserkers se convirtió en un auténtico infierno para el Barcelona que vio como su ventaja se iba al traste. Victoria final, con mucho sufrimiento, pero victoria al fín y al cabo, por 76 a 72, con polémica incluida y con el Chacho, Llull y Rudy como nuestros mejores hombres.




EL PRIMER PASO ESTABA DADO... ¡DEBÍAMOS RENDIR PLEITESÍA A LA DIOSA!



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