Días inolvidables los pasados en la capital de la Costa del Sol por todos los miembros del grupo desplazados que acabaron con la consecución de un título más para nuestro equipo. Imaginamos que también para el resto de aficionados madridistas que se dieron cita en el Martín Carpena y que pudieron vivir en directo esta edición de la Copa del Rey.
Afrontábamos la Copa con muchas ganas: el equipo estaba (y está) completando una grandísima temporada, después de varios años por fin tocaba visitar una ciudad sin un marcado carácter antimadridista y además queríamos quitarnos la espinita del año 2007, cuando perdimos la final de esta misma competición en la ciudad malagueña. Queríamos que esta fuera nuestra Copa, la Copa del Real Madrid, la Copa de Berserkers y la Copa del madridismo en general. Por ello pusimos toda la carne en el asador para desplazar al mayor número de miembros del grupo posible, siendo finalmente algo más de 75 los desplazados. Mucho mérito teniendo en cuenta el dinero que supone asistir a una competición como esta: el transporte, el abono, el alojamiento, la comida...
Nuestra andadura comenzó el jueves ya que a nuestro equipo, al ser el primero en la Liga Regular al final de la primera vuelta, le correspondía jugar en la primera jornada. El sorteo deparó enfrentarnos al Herbalife Gran Canaria y, a pesar de ser claros favoritos, en todos nosotros se veían esos nervios típicos del primer día de Copa. Y es que una eliminación prematura te amarga el fin de semana...
Entramos pronto al pabellón. Habíamos llevado hasta Málaga nuestra nueva pancarta sin saber muy bien si por sus dimensiones nos iban a dejar colgarla y queríamos tener todo listo lo antes posible. Finalmente la pancarta lució delante de la grada en todos los partidos que disputó nuestro Real pero no sin problemas... Y es que la nueva normativa que afecta a los tifos obligando a que el material con el que se hacen sea ignífugo parece ser que también afecta a las pancartas. Según se acercaba la hora del partido se fueron llenando los sectores ocupados por nuestra afición sorprendiéndonos muy positivamente por la cantidad de madridistas que nos íbamos a juntar.
El equipo demostró que iba a por todas en esta Copa y llegó al descanso ganando por 21 puntos. Nosotros a lo nuestro, es decir, a animar sin parar. Si nuestros jugadores querían ser los mejores sobre la pista nosotros no queríamos ser menos en las gradas. Los cánticos madridistas resonaban en el pabellón pareciendo que jugábamos en casa. Con la victoria ya en el bolsillo empezamos a cantar el himno de nuestro club, el auténtico, el de toda la vida, el de las mocitas madrileñas. Un himno que retumbó en el pabellón y por el que nos felicitaron orgullosos muchos compañeros que vieron el partido por la tele. Victoria final por 83 a 60, siendo los mejores por nuestra parte Nikola Mirotic, Rudy Fernández y Felipe Reyes.
Todo eran buenas noticias, el equipo mostrándose fuerte y confiado, el grupo animando a tope como siempre y un gran desplazamiento por parte del resto de madridistas.
Todo se puso aún más de cara cuando el Unicaja perdió ante el CAI Zaragoza. Y es que ya estábamos en semifinales y otra vez íbamos a "jugar en casa" ya que los desplazados por parte aragonesa eran pocos.
Llegó el sábado y la gente entró otra vez con ganas de darlo todo alentando a los nuestros. Si ya en los cuartos de final el resto de madridistas siguieron en muchas ocasiones nuestros canticos, en las semifinales todo esto se multiplicó. El equipo daba espectáculo sobre la pista y nosotros lo dábamos desde nuestra grada. Se notaba que la gente estaba disfrutando y los cánticos eran cada vez más y más fuertes. Una conexión fantástica entre Berserkers y el resto de la afición que hizo que durante gran parte del encuentro en vez del Carpena ese pabellón pareciese el Palacio de los Deportes. Congas, un "Dale Cavese", cánticos que partían de nuestra zona y eran contestados por el resto de madridistas, etc.
Nos plantábamos en la final tras haber vencido por 98 a 66 al equipo maño, con muy buenas sensaciones por parte del equipo y con la afición madridista enchufada como nunca. Esta vez no se nos podía escapar, la victoria debía caer de nuestro lado.
Una trayectoria inmaculada en Liga no se merecía otra cosa que acabar conquistando la Copa del Rey para acabar con esta primera parte de la temporada.
Las 6 de la tarde del domingo 9 de febrero era la hora fijada para que comenzara la gran batalla por la Copa. Nuestra grada estaba llena a reventar, con algunos madridistas que nos habían pedido ponerse cerca de nosotros para poder vivir la final en toda su plenitud. Para la final contamos también con el refuerzo de otros dos coches de miembros del grupo que decidieron darse el palizón con tal de estar presentes en una nueva final. Nervios en las caras de los desplazados. Estábamos a 40 minutos de ganar un nuevo título y merecíamos salir campeones. Había que darlo todo aunque las gargantas se resistieran por los dos partidos anteriores y por los estragos de unos días fuera de casa.
Se animó con mucha fuerza durante todo el partido siendo seguidos los cánticos también por el resto de la afición. Jugábamos en casa, estaba claro. El Barcelona no nos lo puso nada fácil, al descanso íbamos 4 abajo y sin poder desplegar el juego preferido por nuestro cuerpo técnico. En las caras de la gente se veía el miedo a perder pero a la vez las ganas de dar todo lo que llevaban dentro con tal de ayudar al equipo. Y así fue, nuestra gente rugió de lo lindo durante el tercer cuarto y acompañados por el resto de madridistas llevamos en volandas al equipo para remontar ese resultado adverso.
Solo 10 minutos por jugar y 1 arriba en el marcador. El último cuarto siguió la misma tónica que el anterior, nuestros jugadores se mostraban superiores sobre la cancha y en la grada no había discusión, la afición madridista pasaba por encima de la afición culé. Tras un triple de Mirotic y un intercambio de canastas la final parecía que iba a caer de nuestro lado, 7 arriba con poco más de 1 minuto por disputar. Pero todo se fue al traste tras una falta injustamente pitada a Felipe en el rebote ofensivo que podría haber hecho aumentar esa diferencia. En 1 minuto en el que todo nos salió mal el Barça remontó y se puso por encima en el marcador tras endosarnos un parcial de 8 a 0.
Justo antes, en plena remontada culé y en mitad de un tiempo muerto vivimos algo que jamás olvidaremos. La afición madridista, esa que en muchos casos se había pasado la Copa atenta a qué cántico empezábamos para poder seguirnos, nos hizo levantar el ánimo y que siguiéramos animando a muerte al equipo. Llegados a ese punto muchos veíamos que la final se podía escapar y los nervios nos mantenían callados durante ese tiempo muerto. El ver la reacción de la gente animándonos y pidiéndonos que siguiéramos alentando al equipo es algo que se ha quedado grabado en nuestras retinas.
Quedaban solo 8 segundos por disputar, estábamos 1 abajo sin posibilidad de pedir tiempo muerto y teniendo que sacar de fondo. Sacó Niko, Sergio Rodriguez salió disparado hacía la canasta rival y en mitad de la penetración hizo llegar el balón a Sergio Llull. Un tiro para ganar o perder un título, vencer o morir, una grandísima alegría o una tremenda tristeza... y se hizo justicia. Llull anotaba esa canasta de 2 que nos ponía por delante en el marcador. Una canasta histórica a la altura de la de Herreros en Vitoria en el año 2005 que supuso una Liga o la de Ricky Brown en 1991 que nos dió una Recopa de Europa.
La grada entró en locura colectiva, la gente saltando y cayendo unos encima de otros, todo el mundo abrazándose, caras de alegría, gritos que salían de dentro, nuestro corazón madridista latía a tope. Pero quedaba 1 décima... Todavía nos tocaba sufrir un poquito más. Por suerte el palmeo no entró y nos coronábamos campeones de la Copa del Rey por vigesimocuarta vez.
Abrazos, lágrimas, saltos, cánticos... la Copa era nuestra de nuevo. Todo el equipo se desplazó hacía la esquina más cercana a nuestra grada para celebrar con nosotros este nuevo título. Un título que era suya, pero también nuestro, de Berserkers y de toda la afición. Desde la lejanía se veían caras de enorme felicidad y también de complicidad hacía nosotros. Saben que lo damos todo en cada partido y los que llevan más años en la plantilla son conscientes de que no solo estamos en las buenas, sino también en las malas, algo que a buen seguro valoran como se merece.
Un buen rato después de que los jugadores abandonasen la cancha seguíamos cantando y pidiendo que salieran de nuevo a la pista. La megafonía poniendo música a todo volumen y la policía obligándonos a desalojar la grada lo evitaron.
Ha sido esta edición de la Copa del Rey algo inolvidable para el grupo. La conexión equipo - Berserkers - afición ha sido tremenda y es algo que nos tiene que hacer aún más fuertes como equipo y como afición. Ya vivimos algo parecido en Barcelona en la Copa de la temporada 2011/2012 y en Londres en la Final Four del año pasado pero lo de estos días en Málaga lo supera con creces. Nuestro equipo fue el mejor sobre la pista, nuestra afición estuvo a un grandísimo nivel siendo la mejor de la Copa y nosotros también fuimos el mejor grupo de animación de toda la competición.
Esto último es algo que nos llena de orgullo y es que ya son 9 las ediciones de la Copa del Rey desde que se fundó este colectivo y nunca hemos fallado. Juntándonos más o juntándonos menos siempre hemos estado presentes en todos los partidos que nuestro equipo ha disputado en la Copa, siendo en casi todas las ediciones el grupo más numeroso. Madrid en 3 ocasiones, Vitoria en 2, Málaga en otras 2, Barcelona y Bilbao son las ciudades en las que Berserkers ha estado presente como grupo a pesar del precio de los abonos, el tener que pedir días libres en el trabajo y todos esos impedimentos que a todos nos afectan. Intentaremos no perder esta buena costumbre aunque cada año que pase sea más complicado seguir sin fallar.
Despedimos esta entrada con una foto muy significativa para muchos de nosotros y es ver a toda la familia del Real Madrid de baloncesto posando sobre el cesped del santuario del madridismo, el estadio Santiago Bernabéu. Podemos decir orgullosos que estamos totalmente identificados con los jugadores que forman nuestra plantilla así como con el cuerpo técnico. Ganen o pierdan lo dan todo sobre la cancha y eso es lo que realmente nos importa. Defienden con orgullo el escudo del Real Madrid partido tras partido y eso les hace grande a todos y cada uno de ellos. Sergio Llull, Sergio Rodriguez, Dontaye Draper, Rudy Fernández, Jaycee Carroll, Tremmell Darden, Dani Diez, Nikola Mirotic, Felipe Reyes, Marcus Slaughter, Ioannis Bourousis y Salah Mejri guiados por Pablo Laso, Hugo López y Jota Cuspinera están haciendo historia y nosotros vamos a hacer lo posible para ayudarles a que esa historia, su historia, nuestra historia, se escriba con letras de oro en el imaginario madridista.
En esta foto no solo aparecen los jugadores y los técnicos, también aparece otra gente menos conocida y cuyo trabajo también es indispensable para el correcto funcionamiento del equipo: médico, fisios, utillleros, la gente del departamento de prensa, el delegado, gente de administración y la gente que marca el camino de la sección desde los despachos. Nuestra más sincera enhorabuena a todos y cada uno de ellos por el trabajo bien hecho.
¡¡¡¡CAMPEONES, CAMPEONES, OE, OE, OEEEEE!!!