La pasada edición de la Copa del Rey disputada en Vitoria no fue para Berserkers ni mucho menos la mejor de todas en las que el grupo ha estado presente. Hasta la capital alavesa nos desplazamos algo menos de 20 miembros del grupo, lo que supone el número más bajo desde la creación del grupo. Ya teníamos todo dispuesto para que en la hipotética semifinal subieran varios coches y aún más para la posible final, lo que posibilitaría juntarnos alrededor de 50 miembros en el Buesa Arena pero todos los preparativos se quedaron en nada.
De todas formas estamos orgullosos de ser el único grupo de animación que puede decir que no ha fallado a ninguna Copa del Rey en las últimas 8 temporadas, estando siempre presentes desde los cuartos de final. Todo eso a pesar de los altos precios de los abonos y del antimadridismo predominante.
Nos dejamos el alma animando en nuestro partido contra el FCB pero poco pudimos hacer en un pabellón tan grande, con nuestros abonos en lo más alto de las gradas y con la poca ayuda del resto de madridistas desplazados. Tan solo hubo 4 o 5 buenos momentos en los que conseguimos enganchar al resto de la afición. El equipo partía como el máximo favorito pero se enfrentaba a un duro rival. Tras dos prórrogas el partido se nos escapó de las manos y nos quedamos fuera de la Copa a las primeras de cambio. Duro panorama el que se nos presentaba a los desplazados, con 115 € invertidos en el abono y con un tiempo que invitaba a cualquier cosa menos a hacer turismo.
Y es que nos gusta el basket, nos encanta, pero a nosotros lo que nos mueve es nuestro madridismo. Si no juega nuestro equipo no pintamos nada en ese circo en el que se ha convertido, desde hace varios años, la Copa del Rey. Preferimos ver los partidos por la tele que asistir a ese festival del “comepollismo”, donde los que se animan entre sí un año, se alían al año siguiente con cualquier otra afición y acaban “enfrentados”. Eso sí, todos en contra del Madrid, eso que no falte. Si acudimos a la Copa es exclusivamente por no dejar solo a nuestro equipo.
Nos dejamos el alma animando en nuestro partido contra el FCB pero poco pudimos hacer en un pabellón tan grande, con nuestros abonos en lo más alto de las gradas y con la poca ayuda del resto de madridistas desplazados. Tan solo hubo 4 o 5 buenos momentos en los que conseguimos enganchar al resto de la afición. El equipo partía como el máximo favorito pero se enfrentaba a un duro rival. Tras dos prórrogas el partido se nos escapó de las manos y nos quedamos fuera de la Copa a las primeras de cambio. Duro panorama el que se nos presentaba a los desplazados, con 115 € invertidos en el abono y con un tiempo que invitaba a cualquier cosa menos a hacer turismo.
Y es que nos gusta el basket, nos encanta, pero a nosotros lo que nos mueve es nuestro madridismo. Si no juega nuestro equipo no pintamos nada en ese circo en el que se ha convertido, desde hace varios años, la Copa del Rey. Preferimos ver los partidos por la tele que asistir a ese festival del “comepollismo”, donde los que se animan entre sí un año, se alían al año siguiente con cualquier otra afición y acaban “enfrentados”. Eso sí, todos en contra del Madrid, eso que no falte. Si acudimos a la Copa es exclusivamente por no dejar solo a nuestro equipo.
Dado que se nos había acabado la Copa de los mayores, algunos decidimos apoyar a los chavales que disputaban la Mini Copa. Fue una gran decisión acudir a los dos últimos partidos que disputaron nuestros canteranos. Disfrutamos con la calidad de varios de ellos y con la esencia del verdadero deporte. Verles las caras llenas de ilusión cuando se dieron cuenta de nuestra presencia no tiene precio. Nuestra enhorabuena desde aquí a los chavales. Ojalá que sigan trabajando duro y consigan grandes cosas. De momento, han conseguido ganar la primera Mini Copa para el Club. ¡Felicidades chicos!