A las seis de la mañana del domingo, veinticinco Berserkers ponemos rumbo destino a Murcia para realizar el quinto desplazamiento en lo que va de temporada. Fue nuestro primer viaje en Liga ya que nos fue imposible acompañar al equipo en los dos primeros partidos fuera de casa, uno por razones económicas, Tenerife, y otro por ser entre semana en día laborable, Valladolid.
Viaje acompañado de abundante lluvia en la carretera y amenizado con zumo de cebada en el autobús, algo que agradecieron especialmente los que no pusieron fin al sábado noche... Si tuvieramos que hablar sobre el trayecto, sería repetirnos con lo que ocurre en cada desplazamiento en autobús: risas, cachondeo, conversaciones sobre el mundillo, cánticos variopintos para el deleite del personal, etc. Entretanto, llegamos al pabellón con tiempo suficiente para seguir tomándola tranquilamente y cuando se acercan las doce la mañana nos metemos para dentro a animar, que a eso se ha ido.
Aunque pueda sonar presuntuoso por nuestra parte, animación sobresaliente de todos y cada uno de los desplazados, haciendonos notar con fuerza durante todo el encuentro. Pese a la cantidad de bombos locales que se escuchaban al principio de partido, el ruido acabó sucumbiendo a nuestras gargantas y nuestras voces conquistaron el pabellón murciano ayudados también porque nuestro equipo fue netamente superior al UCAM Murcia sobre la cancha. Pudimos disfrutar de dos detalles de la clase infinita de Nikola Mirotic y del juego por encima del aro de Slaughter, además del buen partido de Mirza Begic y de Sergio Llull.
Reconocimiento al término del partido de la plantilla, que agradecieron nuestra presencia y el apoyo demostrado. Así debe ser siempre.
Y rumbo de nuevo a Madrid, con la satisfacción de volvernos con la victoria y de haber compartido, una vez más, kilómetros con gente muy grande.
¡Vayas donde vayas, Berserkers va a estar,...!
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